El control de esfínteres ya es un proceso mas estable y sólido en esta etapa.
A esta edad, el niño quiere ser independiente en cada una de las actividades que se plantean en el día a día; es un observador de todo lo que le rodea, va comparando, clasificando y analizando, estableciendo progresivamente relaciones y categorías.
Las rutinas y la repetición de actividades y secuencias son fundamentales en esta etapa para que vayan ganando seguridad y autonomía. El juego permite al niño tomar sus propias decisiones: planificar y construir, además de desarrollar su creatividad y socializar de una manera amorosa basada en el respeto hacia los demás.
Realizan seguimientos de ritmos simples con instrumentos de percusión como los tambores.